martes, 19 de noviembre de 2013

CEBÚ (3) Y BOGO

¡Muy buenas a todos!

Después de unos días sin dar información por aquí de cómo va todo -tampoco se trata de ser pesados- hoy quería compartir con vosotros varias cosas.

En primer lugar, si recordáis os dije que  habíamos enviado un camión completo
de provisiones al aeropuerto militar y otro a la base naval del ejército. Pues bien, después de casi una semana de lo primero y de tres días de lo segundo, las montañas de sacos aún seguían allí donde los dejamos... La cosa es que el ejército se había comprometido a enviarlos cuanto antes y por supuesto gratuitamente, pero viendo su frustrante lentitud y la extrema urgencia del envío, decidimos alquilar un trailer, ir a recogerlos y enviarlos por nuestra cuenta, lo que por supuesto aumentaba los costes, pero el tiempo apremiaba... El trailer salió el pasado domingo a las 17 h y ya está entregado a la comunidad redentorista de Tacloban. Lo cual es un inmensísimo alivio.

Desde Tacloban han llegado estos días el Superior Provincial de los redentoristas del sur de Filipinas y Bryan que es el joven laico responsable de Centro de Acción Social de los Redentoristas de esta provincia. Las noticias que traen son a la vez espantosas y admirables. Espantosas por las fotos que han traído de las calles de la ciudad y de la situación en la que se encuentra la gente y las casas. Admirables
por la enorme labor que los redentoristas están desarrollando en Tacloban de la que ya os he hablado en entradas anteriores. En canto sepa cómo compartir un álbum de fotos aquí en el blog os colgaré una selección para que os hagáis una idea.

Dejando Tacloban un poco a un lado, hoy cerca de 20 personas nos hemos  montado de nuevo en un camión lleno de alimentos, agua y kilos y kilos de lonas de plástico para techos provisionales, y hemos viajado hacia Bogo que, como os conté es la ciudad del norte de nuestra isla que nos fue asignada desde la diócesis de Cebú. Aunque la distancia sean 100 km hemos tardado cuatro 'horazas' en llegar allí. Conforme nos acercábamos a la zona más afectada íbamos señalando sorprendidos a un lado y a otro. Palmeras enormes partidas por la mitad, casas sin tejado, casas de las que solo quedan los escombros... Y gente, mucha gente haciendo vida entre tanto caos. A pesar de tanto destrozo, cuando llevábamos ya un buen rato pasando por las zonas afectadas con el coche, me di cuenta de que estaba sonriendo. Los niños no paraban de gritarnos al ver que éramos un camión de provisiones, y los padres y abuelos, emocionados nos hacían algún gesto acompañado de una sonrisa de estas que no se olvidan. Al llegar un buen
grupo de gente estaba preparado para ayudarnos en la descarga. Ha sido una experiencia tremenda.

Sin nada más que contaros y, a la espera de nuevas actividades que se están proyectando os dejo por el momento que aquí ya es bastante tarde y mañana hay que seguir planificando. Por cierto, una de las cosas que dijo el Provincial cuando llegó de Tacloban fue que las alarmas por grupos organizados y armados allí no eran más que rumores... pero claro, quién sabía eso en aquel momento en el que todavía no había buenas comunicaciones... En fin, espero poder ir algún día por allí.

Muchísimas Gracias de nuevo por vuestro cariño, vuestro ánimo y vuestra oración. Se notan.

¡Besos y abrazos!

Carlos A. CSsR


3 comentarios:

  1. Qué gran labor Carlos! Me he emocionado mucho. Rezaré por vosotros. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Gracias Carlos por vuestra labor. Que el Señor os siga bendiciendo para que sigáis repartiendo lo que necesitan. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Carlos. He perdido tu teléfono y no he podido ponerme en contacto contigo. Lo hago ahora a través del blog (si sé). Ante todo gracias por la labor que estáis haciendo allí. Me imagino lo difícil que lo estaréis pasando. Desde Madrid quiero darte unas palabras de apoyo para tí y para todo el mundo que se encuentra en tan malas condiciones. Que Dios os ayude y proteja, y sobre todo que os de mucha fortaleza para poder llevar a cabo la tarea que estáis haciendo, porque no sólo es material, sino también sicológica. Desde aquí un abrazo muy fuerte. Rezo por vosotros.
    Mariví

    ResponderEliminar